El Tiempo Ordinario es la temporada en la que celebramos la vida y las enseñanzas de Jesucristo y lo que significa ser su discípulo. El nombre de este tiempo deriva de la palabra ordinal, que significa "contar". Es llamado Tiempo Ordinario porque las semanas se nombran en orden numérico.
El encuentro diario con la Palabra a través de la lectio divina tiene pleno sentido en sí mismo y es un medio extraordinario para que cada creyente, se disponga a la escucha atenta de la Palabra. Pero, además, la lectura del evangelio de la misa se orienta también a la preparación previa de la celebración de la eucaristía: es en ella donde se dan las condiciones genuinas para una auténtica meditación en clave personal, pastoral y comunitaria.